Amabilidad en el metro de Nueva York:
Quería compartir una historia corta que sucedió hace unos 38 años.
Cuando mi hijo tenía unos 4 años, un día viajamos en el tren número 1. Mi hijo estaba sentado a mi lado y junto a él había una joven que estaba leyendo un libro de cuentos para niños. Parecía que tenía unos veinte años. Mi hijo se sintió atraído por el libro que estaba leyendo y él volvió sus ojos hacia las páginas y ella empezó a girar las páginas muy lentamente para tratar de permitir que mi hijo disfrutara al mismo tiempo. No tuvimos ninguna conversación durante el viaje. Compartieron la lectura del libro durante todo el viaje. Antes de que la señora se detuviera, sonrió y entregó el libro a mi hijo y le dijo que disfrutara leyéndolo. Fue algo totalmente inesperado de un completo extraño y no recuerdo cómo terminamos guardando el libro. Pero su amabilidad siempre me conmovió de una manera profunda.
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